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El 19 de Septiembre Asamblea Nacional. Es la ocasión de construir Falange entre todos.

viernes, 4 de septiembre de 2015

¿Que es el Nacional-Sindicalismo?

El Nacional-Sindicalismo o Estado Sindical.



¿Puede existir una Falange que no sea Nacional-Sindicalista?

Podría, ya que en el principio se creó Falange Española, y las JONS que hablaban de nacional sindicalismo sin ser capaces de concretarlo,  funcionaban aparte y verdaderamente la dispersión ideológica no fué concretada en forma de texto monográfico y bastante completo hasta 1940. Pero no me parece recomendable una falange sin nacional-sindicalismo y menos estando de más actualidad que nunca.

Muchos confunden el Nacional-Sindicalismo con Falangismo.

El Nacionalsindicalismo es solo una parte del Falangismo. Se puede ser nacional-sindicalista y no ser español. Y no debe confundirse con el nacional-sindicalismo portugues fundamentado en el corporativismo católico.

En conclusión es la ideología social y económica de Falange. O debería serlo. Decimos debería porque algunos, que encima se las dan de más listos que nadie,  pretenden sustituirlo por el nacional-antiinmigracionismo que ¡ese sí que triunfa fuera! y ¡ese sí que mueve dinero!

Para nosotros el problema de la inmigración ilegal es solamente uno más de los muchos que padecemos.

¿Se trata de un artefacto anticuado?

Si estuviese anticuado no estarían triunfando los copiotas de Podemos con muchas de nuestras ideas, que ellos desvían hacia posiciones marxistas, sin que nadie les de una respuesta. Es un desprestigio que no podemos consentir.

Lo único que parece anticuado es el nombre que procede de la moda de los -ismos y puede prestarse a confusión con el nacional-socialismo y otros. Yo propondría usar, de cara al público, términos como cooperativización que signifiquen lo mismo.

El Nacional Sindicalismo ¿Puede explicarse con facilidad?


Con mucha facilidad:

- Nacionalsindicalismo es la iniciativa privada, colectiva y pública trabajando juntos en la misma dirección.

- Nacional-sindicalismo es que todo el Estado funcione como una gran cooperativa.

- Nacional-sindicalismo es que el Estado Sindical proporcione a la iniciativa privada y colectiva la legislación adecuada y asegure, mediante una Banca Sindical, la fluidez crediticia necesaria para su financiación y refinanciación.

El Nacional-sindicalismo ¿se parece al nacional-socialismo?


Es absolutamente Imposible.

El nacional-socialismo prohibió todos los sindicatos por lo que es imposible la existencia del sindicato vertical ni de cualquier tipo de sindicalismo.

¿Cual es el origen del cooperativismo?


Las Reducciones de los Jesuitas en el Paraguay.


¿Pueden las Cooperativas competir con la grandes multinacionales?

Sin la legislación ni los medios necesarios ya lo han hecho en el pasado e incluso en el presente. Existen gigantescas cooperativas con cientos de empresas y miles de socios-trabajadoras. A pesar de la baja de Fagor, que será resucitada tras nuestra, inevitable, llegada al poder. Más abajo se explica someramente el funcionamiento de estas enormes cooperativas.

Las fases del Nacional-Sindicalismo en las Empresas:


- Pequeñas Empresas Privadas

Con crédito o no de la Banca Sindical. No se sindicalizan ya que sería contraproducente.


- Empresas Privadas Medianas o Grandes.

1º Iniciativa Privada, con crédito o no, de la Banca Sindical.

2º Consolidación de la Empresa.

3º Beneficios.

4º Venta de la empresa revalorizada a los trabjadores, a plazos, a través del Sindicato.(sindicalización). Se paga con los propios beneficios de la empresa.

5º Cooperativización de la Empresa. La continuidad en los cargos del empresario-fundador y directivos, todos ellos asalariados, es optativa.


- Empresa Pública.

1º Iniciativa Pública Estatal.

2º Consolidación de la Empresa.

3º Beneficios.

4º Venta de la empresa revalorizada a los trabjadores a través del Sindicato (sindicalización de la empresa).. Se paga con los propios beneficios de la empresa.

5º Cooperativización de la Empresa.


- Cooperativas.

Ya son empresas nacional-sindicalistas desde el principio.


En el Nacional-Sindicalismo ¿Existe la Bolsa?

No como la conocemos ahora ya que las empresas cooperativizadas son propiedad colectiva de sus socios-trabajadores. Cada empresa es una pequeña bolsa individual.

La forma de hacer dinero en el Nacional-Sindicalismo es crear empresas, privadas o colectivas, que funcionen.

El nacionalsindicalismo nació para desmantelar los intereses financieros del capitalismo internacional y los del capitalismo del estado (comunismo).


¿Todos ganarán lo mismo en todas las empresas?

No, cada empresa tiene sus propios beneficios. Nunca tendrán los mismos beneficios pero la legislación del Estado y el Sindicato establecerán unos mínimos adecuados a cada situación de la Empresa. Además el Estado se encargará de que los que más ganen más coticen.

¿Se permitirán las Huelgas en el Nacional-Sindicalismo?

Lo que sucede es que nade haría huelgas contra los socios-propietarios, al  no tener sentido protestar contra la dirección apoyada por una mayoría de los socios.

¿Y los Convenios Colectivos?

NO como los conocemos ahora. Cada empresa es un barco con sus problemas y soluciones. Serán sustituidos por una legislación que contemplará todas las posibilidades especialmente durante la fase de iniciativa privada de las empresas.

¿Esto es un comunismo?

Puede parecerlo fálsamente en el sentido del cambio que se produce en el concepto y funciones de la iniciativa privada.  La iniciativa privada sería solamente una fase en la generación de nuevas empresas.

En el comunismo todo es del Estado y del Partido que son los que fijan los precios y recaudan el beneficio y pagan los salarios que les conviene.

El socialismo y social-democracia son estatalizadores y falsamente autogestionarios.

El Nacional-Sindicalismo es justo lo contrario del comunismo y del socialismo. Que Nada sea del Estado y todo termine siendo de los productores (socios-trabajadores).

¿Se nacionalizarían los Servicios Públicos?

Si bien el nacional-sindicalismo es susceptible de ser aplicado de diferentes maneras lo cierto es que en su versión original los servicios públicos como la sanidad, el transporte o la educación se nacionalizan total o parcialmente en lugar de sindicalizarse.

Pero hay más versiones...

- Punto 14 de la Norma Programática de Fe de las JONS, Noviembre 1934:

14. Defendemos la tendencia a la nacionalización del servicio de Banca y, mediante las corporaciones, a la de los grandes servicios públicos. 

- Afirmaciones Fundamentales de Fe de las JONS, Octubre 1988:

22. El sector Servicios se considera prestación obligatoria de la sociedad a los entes y personas, aunque sean de ejecución y administración privada, individual o colectiva, y regirán para sus fórmulas empresariales y gestión económica iguales principios que para el resto de los sectoras productivos.

Conclusión: Todas las opciones están disponibles en el Nacional-Sindicalismo en función de la eficacia de las prestaciones.


¿Como sería el INI Falangista?

Una de las funciones del Estado Nacional-Sindicalista, como Estado Subsidiario y tras los estudios de viabilidad pertinentes, sería la creación de las industrias necesarias para la economía española en aquellos sectores desocupados por la iniciativa privada.

Como se ha explicado una vez consolidadas las empresas deben ser sindicalizadas y el Estado recuperar poco a poco el dinero invertido más los beneficios.


¿Existiría el Paro en el Estado Sindical?

No. O se trabaja para el sector privado o se trabaja para el Estado en  número de horas proporcional al salario mínimo estatal respecto del salario medio en el sector privado.


¿Es posible un cambio tan brusco?

El problema no es tan grave. Lo ha agravado Rajoy al no exigir a los bancos el número de acciones equivalente al dinero que les ha prestado. De haberlo hecho habría dado un gran paso en dirección al interés público. La ventaja es que se puede llevar a cabo muy fácilmente. Si existe una voluntad de industrialización en el gobierno. Se puede llevar a cabo de muchas maneras y a diferentes velocidades. Dependiendo de lo que la situación internacional nos permita.


Seguramente hubieran podido sobrevivir en el Estado Sindical.


El Grupo Mondragón. Algo más que un ejemplo



Uno de los mejores ejemplos para ilustrar el Cooperativismo Falangista durante el Estado Nacional, por ser muy conocido, es el Grupo Mondragón


Después de cincuenta y siete años de experiencia cooperativa, las 289 empresas y los 80.000 trabajadores del grupo Mondragón, fundado por el sacerdote falangista José María Arizmendiarreta (Arizmendiarrieta, a propuesta del Delegado de Juventudes de Guipúzcoa fue nombrado por su Obispo Delegado del Frente de Juventudes de Mondragón), siguen sin entender de patronales y sindicatos, y mantienen sus propios órganos de decisión y participación.


Entre los factores positivos de los que gozan las cooperativas, figura una menor presión fiscal que la del resto de las sociedades, pero la cruz de la moneda está en que, ante una situación de crisis, los socios no pueden hacer grandes inyecciones de capital porque son los propios trabajadores.


1. ¿Cómo se entra como socio en una cooperativa?

Todo socio trabajador entrega a la cooperativa un capital que en el caso de Mondragón ronda los 15.000 euros, con lo que se convierte en propietario. Como tal, el trabajador es responsable de la marcha de la cooperativa: si va bien, recibe un retorno o dividendo en función de su sueldo, del que no podrá disponer hasta que deje la cooperativa.


2. ¿Qué pasa si la empresa va mal?

El cooperativista tiene que trabajar gratis más horas, reducirse el sueldo, e incluso echar mano de su cartilla y aportar una prima para enjugar pérdidas. El recurso al dinero del trabajador es, por lo general, el último a la hora de compensar pérdidas. En primer lugar, la empresa recurre a los fondos provisionados en la reserva voluntaria; si no son suficientes para cubrir los números rojos, acude a la reserva de revalorización y, en último lugar, se dirige a la reserva obligatoria y a los socios.


SIN ERE


La estructura de la empresa frena o ralentiza opciones estratégicas y de recorte de plantilla para afrontar una crisis. Las cooperativas no pueden aplicar Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) de carácter temporal.


3.¿Cómo se reparten los beneficios?

Los beneficios del grupo cooperativo se dirigen en su mayor parte a capitalizar la empresa. Como norma general, en Mondragón un

10% de los excedentes netos se destinan a actividades educativas, sociales y de promoción;

un 20% constituyen los fondos de reserva obligatoria;

un 30% van a la reserva voluntaria,

y el 40% se ingresa –en proporción directa con el salario– en las cuentas que las cooperativas tienen a nombre de cada trabajador.

Estos retornos son también fondos de capitalización, ya que los cooperativistas no pueden disponer de ellos hasta que abandonan la empresa. Sólo en casos excepcionales –en aquellas cooperativas con una situación financiera excelente–, se abonan estas retribuciones, con un límite del 30% de los beneficios.


4. ¿Cómo se deciden los salarios?

Los salarios están establecidos en el grupo cooperativo Mondragón de acuerdo con una escala de seis categorías laborales: la remuneración más baja ronda los 1.100 euros netos mensuales, mientras que, en los puestos de mayor responsabilidad, el sueldo se sitúa en torno a los 6.000 euros. Los salarios de los cooperativistas que trabajan en la industria son algo superiores a los percibidos en las sociedades anónimas de su sector.


5. ¿Los cooperativistas tienen derecho a paro?

No, ya que los socios cooperativistas tienen consideración legal de autónomos. Por esta razón, Mondragón tiene su propio sistema de cobertura gestionado por Lagun Aro, también del grupo. Las empresas destinan anualmente parte de sus beneficios a dotar los fondos con los que se financian estas prestaciones.


6. ¿Es posible la entrada de accionistas para captar fondos ajenos?

La naturaleza de la sociedad frena esta posibilidad, ya que el socio financiero no puede tener mayoría en el capital.


(Ver texto original de Expansión)


Actualmente la economía plenamente capitalista de españa y los intereses políticos juegan en contra de este tipo de empresas cooperativas.



La revolución social del nacional-sindicalismo


Este es el libro que concreta, por vez primera, la ideología nacional-sindicalista. Se escribió por orden de José Antonio Primo de Rivera en 1935, terminado en 1936 y publicado sin retoque en 1940.

"Si hay algo importante que un hombre puede legar a las generaciones futuras es un libro en el cual queden expuestas las ideas, pensamientos o programas para un futuro mejor. Uno de los hombres que acometieron esta labor fue José Luis de Arrese con su obra La revolución social del Nacional-sindicalismo. Fue una obra de su tiempo escrita para su tiempo (fue escrita en 1938), pero cuya esencia (la exposición sistemática de la doctrina social del nacional-sindicalismo) sigue teniendo plena vigencia y, pese a que pueda ser sometida a revisión en sus aspectos coyunturales, es una obra de obligada referencia para todo aquél que quiera conocer el falangismo. La posterior lealtad de Arrese hacia Francono debe oscurecer la sinceridad revolucionaria que anida en esta obra que, sin duda, no fue precisamente un referente para la construcción del régimen franquista.

La obra se estructura en tres partes: la primera es una historia de las doctrinas económicas (liberalismo, marxismo y nacionalsindicalismo), la segunda trata de la justicia social y analiza los conceptos y hechos de trabajo, salario, propiedad, capital, paro, etc., exponiendo las soluciones falangistas al denominado “problema social” causado por el sistema liberal-capitalista. La tercera y última parte expone los principios revolucionarios del nacional-sindicalismo y precisa la organización económica y sindical que debería establecerse en función de los principios revolucionarios del falangismo. Hay, además, en todo el libro, una honda preocupación espiritual, combativa con el materialismo individualista que surgió en el seno de la modernidad industrial: “No fue la máquina, por tanto, la que trastornó al mundo: fue el materialismo. No es, por tanto, la cuestión económica la única que hay que solucionar para solucionar el problema social: es también la cuestión espiritual, sin la cual no puede haber solución completa”[1].

Algo importante que se apresura Arrese a dejar bien claro es que el nacional-sindicalismo no es ni fascismo ni nacional-socialismo: las manifestaciones estéticas (brazo en alto, camisas…) no son más que “forma, no esencia, del movimiento”. Así, “nosotros, que somos españoles, no podemos ser fascistas, y no lo podemos ser precisamente por su mismo esencia”[2].

Pero lo más importante del libro es la exposición de la doctrina social y económica del nacional-sindicalismo, que Arrese caracteriza esencialmente de esta forma: “hagamos un sistema (…) no de clases, no de capitalistas ni de proletarios, sino de productores.,[…] en el que el capital sea una fuente de producción, pero no de lucro; en el que patronos, técnicos y obreros sean, en proporción al esfuerzo de cada uno, los únicos copartícipes del beneficio producido, sin odios, sin clases, y habremos hecho la verdadera revolución social”[3]. Léase bien y destáquese dos cosas: el capital como fuente de producción y no de lucro y una sociedad sin clases. Sí. Sin propiedad individual del beneficio del capital. Sin clases. Esto es importantísimo, puesto que es el centro revolucionario del nacional-sindicalismo. Todas las acusaciones por parte del marxismo de que el falangismo quiere (igual que quisieron,efectivamente, el fascismo y el nazismo) conservar las clases sociales mediante concesiones a los trabajadores pero conservando, en última instancia, el régimen burgués en materia social y económica, son absolutamente falsas. Arrese denuncia exactamente lo mismo que denunció Marx: “que, incluso la situación más favorable para la clase obrera, el incremento más rápido posible del capital, por mucho que mejore la vida material del obrero, no suprime el antagonismo entre sus intereses y los intereses del burgués, los intereses del capitalista”[4]. También lo denunció José Antonio: 


“El que con la economía capitalista, tal como está montada, nos dediquemos a disminuir las horas de trabajo, a aumentar los salarios, a recargar los seguros sociales, vale tanto como querer conservar una máquina y distraerse echándole arena en los cojinetes. Así se arruinarán las industrias y así quedarán sin pan los obreros. En cambio, con lo que queremos nosotros, que es mucho más profundo, en que el obrero va a participar mucho más, en que el Sindicato obrero va a tener una participación directa en las funciones del Estado, no vamos a hacer avances sociales uno a uno, como quien entrega concesiones en un regateo, sino que estructuraremos la economía de arriba debajo de otra manera distinta, sobre otras bases, y entonces sucederá, señor Gil Robles, que se logrará un orden social mucho más justo”[5].

En efecto, cuando un capitalista obtiene una mercancía que venderá y se embolsará todo su valor en forma monetaria, “una parte del trabajo encerrado en la mercancía es trabajo retribuído; otra parte, trabajo no retribuído”[6]. La solución de Marx era potenciar la lucha de clases para que la clase obrera oprimiera a la clase capitalista, arrebatándole todos los medios de producción e instaurando la sociedad sin clases por la fuerza, ya que como los intereses económicos son la base fundamental de los cambios sociales (idea fundamental del materialismo histórico), la única vía revolucionaria es la violencia. Arrese, en cambio, cree que el espíritu, el pensamiento, la moral y las ideas no están completamente determinados por los modos de producción y los intereses económicos surgidos de cada modo concreto, y por ello aboga a que toda la comunidad ciudadana se aplegue a un ideal de Justicia, solidaridad y cooperación interclasista para hacer la revolución. Pero la revolución nacional-sindicalista, y no es superfluo insistir en ello, también quiere abolir las distinciones entre las clases sociales.

El falangismo, pues, no defiende la propiedad privada capitalista, tan sólo “la propiedad nacida del trabajo”[7]. Así, Arrese defiende la propiedad colectiva “en el sentido de solidaridad moral y hasta lo propugnamos como una modalidad nueva de la propiedad privada, como haremos al fomentar el patrimonio comunal y sinidical y como hemos visto al sustituir al salariado por la participación en la empresa”[8]. Un marxista debería aceptar que eliminar el sistema de salarios e instaurar la propiedad colectiva de la empresa, haciendo a todos los trabajadores propietarios y partícipes de los beneficios, es algo auténticamente revolucionario, puesto que las tres clases de las sociedades modernas, “los obreros asalariados, los capitalistas y los terratenientes” se caracterizan y diferencian entre sí en razón de sus fuentes de ingresos que son, respectivamente, “el salario, la ganancia y la renta del suelo”[9]. Así, Arrese (es decir, el falangismo, que es la doctrina que expone en su libro) no es menos revolucionario que Marx y, aun más, con su programa de reformas (más bien, cambios) revolucionarias que debe instaurar el Estado, está siguiendo las exigencias del filósofo anarquista Proudhon: “el derecho al trabajo y a la participación igual de los bienes no puede ceder ante las perplejidades del poder; (…) no es el proletariado el llamado a conciliar las contradicciones de los códigos, (…) es el poder civil y administrativo el que debe reformarse con arreglo al principio de igualdad política y económica”[10].

Como va exponiendo Arrese en los sucesivos capítulos, las posibles desigualdades económicas (que no sociales) sólo deben permitirse dentro de ciertos límites y en razón del esfuerzo y los méritos de cada uno, nunca en razón de privilegios o ventajas de clase, los cuales serán todos abolidos. Pero es que, además, Arrese se cuida muy bien de advertir a los burgueses acomodaticios amantes del lujo y la molicie: “por otra parte, también las ganancias estarán limitadas; es decir, que si una empresa gana desaforadamente, no se repartirán todos los beneficios, sino que una parte de éstos irá a suplir las pérdidas de los otros”[11]. Así, Arreseencuadra la economía dentro del término medio aristotélico y la dota de la austeridad y solidaridad cristianas, mostrando, además, una honda preocupación por la cultura y el arte[12].

Esta obra es, pues, una magnífica exposición sistemática del nacional-sindicalismo, desplegando todo su potencial revolucionario frente a marxistas y derechistas, proclamando los principios falangistas sin complejos ni eufemismos, sin miedo a ganarse el favor de nadie que no crea sinceramente en la Justicia Social".




[1] José Luis de Arrese (1940) La revolución social del Nacional-sindicalismo, Ed. Nacional, P 19
[2] Ibidem, P 35
[3] Ibidem, P 53
[4] Karl Marx ( 1975) Trabajo asalariado y capital, en Obras Escogidas. Tomo I, Ed. Fundamentos, pp 91-92
[5] José Antonio Primo de Rivera (1971) Obras, Ed. Cronológica, P 335
[6] Karl Marx (1975) Salario, precio y ganancia, en Obras Escogidas. Tomo I, Ed. Fundamentos, P 447
[7] Arrese, Ibidem, P 114
[8] Ibidem, P 118
[9] Karl Marx (2007) El Capital. Libro III, tomo III (sección séptima, capítulo LII), Ed Akal, P 357
[10] Proudhon (2010) ¿Qué es la propiedad?, Ed. Público, P 244
[11] Arrese, Ibidem, P 214
[12] Uno de los principales destinatarios del crédito de la Banca Nacional debe ser el artista que pueda perderse por motivos económicos. Ver Arrese, Ibidem, P 158.



Si has militado en algún grupo falangista ¿Te formaron sobre estos temas con suficiente claridad?

Piensa en ello y escribe a:                      


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